No estaba preparada para mi primera historia de H. P. Lovecraft. Creo que debí leerlo desde hace mucho tiempo, tiene todo lo que me gusta: fantasía, miedo, trama y bellas descripciones, pero la única justificante que tengo es que siempre he sido muy miedosa —a pesar de una innegable atracción por las historias de fantasmas y películas de terror— así que siempre me mantuve lejos de su literatura.
En cuanto inicié la lectura me costó detenerme y sólo me tardé tres días en terminarlo porque tenía otras actividades en el día, ¡sino lo hubiera hecho de un tirón!
El pueblo en decadencia, la familia inmersa en la brujería, hasta el bosque y las montañas me hablaban y me era difícil regresar al mundo real cuando tenía que dejar el libro a un lado. El final me tomó por sorpresa —en parte por lo inesperado, en parte porque lo leí en mi kindle y pensé que faltaban más páginas—, sinceramente no estaba lista para el punto final.
Volveré a leerlo, varias veces seguramente hasta desmenuzarlo por completo y me da gusto que el Horror de Dunwich haya sido mi primer acercamiento a este gran escritor, ni siquiera estoy segura de querer leer la siguiente recomendación, quiero seguir vagando por este terrible universo que apenas estoy descubriendo.